Entre otras cosas la Residencia, se encarga del resguardo de las Banderas entregadas por la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional al PDMU, símbolo de las principales instituciones educativas que impulsan el desarrollo de nuestra nación, forjando algunos de los mejores profesionistas del país en sus aulas.
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En 1938, siendo Director de la Facultad de Medicina el Dr. Gustavo Baz Prada, un grupo de estudiantes concibieron la idea de dar nacimiento a una institución permanente que estimulara en la juventud de México el amor patrio, destacando los valores positivos de la Nación, y que trabajara para engrandecer la República.
Lograr este objetivo fue el propósito, además de fortalecer espiritual y físicamente a la juventud. Decidieron darle a esta organización naciente, una estructura deportiva y militarizada.
El Director de la Facultad de Medicina dio todo su apoyo a esta idea, y el grupo inicial que creó el Pentathlón Deportivo Militar Universitario estuvo integrado por los siguientes estudiantes:
Este grupo solicitó a la Secretaría de la Defensa un Instructor Militar, designando al Teniente Gonzalo Hidalgo, que inició las practicas el día 9 de julio de 1938 a las 6 de la mañana, en una calle aledaña al Estadio Nacional que se ubica donde actualmente se levanta la Unidad Habitacional "Benito Juárez", en la Colonia Roma. Ese día nació el Pentathlón. Una piedra circundada por una reja, marca el sitio donde surge esta Institución Militar Universitaria, entonces sólo integrada por estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional.
Las primeras oficinas de la Institución estuvieron en la calle de Balderas No. 10, Altos, esquina con Artículo 123, donde permanecieron poco más de un año y de ahí se trasladaron a las calles de Brasil No. 20, Altos, donde estuvieron hasta 1940.
El 1o. de diciembre de 1940, tomó posesión como Presidente de la República Don Manuel Avila Camacho y designó al maestro Gustavo Baz entonces Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, como Secretario de Asistencia ya con este cargo poco después, rentó para ayudar a esta organización, una parte no utilizada del Asilo "Díaz de León", situado en las calles Sadi Carnot No. 70, donde se estableció el domicilio social del Pentathlón a partir de 1941 hasta nuestros días.
El primer Comandante General del Pentathlón fue Carlos Von Retteg del grupo de fundadores y el segundo el Dr. Jorge Jiménez Cantú, el tercero el Dr. José Urbano Blanchet, el cuarto el Dr. Jorge Jiménez Cantú, el quinto Jorge Garibay Romanillos, el sexto Rafael Izquierdo Ibañez, el séptimo Marcelo Mendoza Parada, octavo Armando L. Bejarano, noveno Manlio Hernández Hernández, décimo Jorge Hernández Ibarra, undécimo Jorge Guillin, duodécimo Sergio Alvarez Castro, décimo tercero Dr. Isauro Martínez Gálvez, décimo cuarto Ignacio Espinoza, décimo quinto Rafael Nava Uribe, décimo sexto Roberto Hernández Jones, décimo septimo el M. en C. Ángel Gutiérrez González, y por ultimo el décimo octavo y actual Comandante General del Pentathlón es el Ing. Raúl Hernández Padilla. El Dr. Jorge Jiménez Cantú, fue declarado Comandante General Ad Vitam.
En el año de 1941 hubo una crisis en la Universida Nicolaíta de Morelia, que propició la salida de decenas de estudiantes hacia varias partes del país: uno se fueron a la Universidad de San Luis Potosí, otros a la Universidad de Guadalajara y otros al Distrito Federal.
Con un grupo de más de 20 estudiantes nicolaítas y con el apoyo del Dr. Gustavo Baz, entonces Secretario de Asistencia se protegió a estos estudiantes, y en una parte de las instalaciones del mismo Asilo "Díaz de León", donde estaban las oficinas del Pentathlón Deportivo Militar Universitario, nació en agosto de 1941 el Internado Sección "A", Residencia Estudiantil del mismo, que poco a poco se fue incrementando con estudiantes necesitados de apoyo económico, provenientes de todas partes del país, de todas las Instituciones de Cultura y dos años después, contaba con 250 internos.
Durante estas fechas, el maestro Baz en su calidad de Secretario de Asistencia, principió la construcción de algunas instalaciones en dicho internado, al que equipó con camas, colchones, cobijas y a los internos les dieron uniformes, zapatos, levantándose una cocina y un comedor para proporcionar alimentos a los estudiantes.
La máxima autoridad de la Residencia Esutidiantil es el Consejo Directivo compuesto por:
Además del Consejo Directivo, cada cuadra cuenta con un Jefe y un Subjefe, encargados de mantener el orden y hacer acatar las disposiciones tomadas por el Consejo Directivo dentro de cada cuadra.
También hay un comandante de la Honorable Banda de Guerra y uno de la Escolta y Tropa, encargados de impartir la instrucción que le corresponde a cada uno de los cuerpos.
I.- Trata de darle a la Patria más de lo que tu vida merece.
II.- No pretendas ser el menos malo de los peores: esfuérzate por ser el mejor de los buenos.
III.- Recuerda que las deficiencias ajenas no aumentan tu valer, ni disculpan tu ignorancia.
IV.- Vales, no por lo que tienes sino por lo que haces.
V.- Tu riqueza no estriba en estar rodeado de mendigos; ni tu sabiduría en reinar sobre ignorantes; ni tu virtud en la existencia de los perversos; ni tu fuerza por los débiles que conoces. Tu valer será auténtíco cuando prescindas de lo que hay de negativo para establecer tus autorreferencias.
VI.- Admite que hay nobleza en ti cuando los triunfos legítimos de tu prójimo te causen alegría.
VII.- Actúa como si todo de ti dependiera: pelea como si sólo tuvieras que vencer; trabaja como si fueras el único responsable: piensa y rinde como si fueras el mejor. Y todo esto, no lo tomes como exceso heróico, sino como elemental deber.
VIII.- No son las bellas frases las que logran salvar a la Patria; sino los grandes ideales y las grandes y permanentes obras que construyen. Prefiere ser buen obrero a elegante versificador.
IX.- Si has logrado algo bueno, alégrate, pero no olvides que hay quien lo puede hacer mejor.
X.- No esperes que nadie ejecute el trabajo que te corresponde: esto es propio para los inválidos del cuerpo y de la mente o para el ruin especulador.
Xl.- Si has adquirido rango por lo que hiciste, para conservado con honor, piensa que nada has hecho aun.
XII.- El carácter no lo forjes eludiendo los obstáculos sino venciéndolos.
XIII.- Si no puedes resolver una situación con dignidad y eficacia, pide ayuda a los que saben y pueden más que tú, pero no la compliques con tu orgullo o ineptitud.
XIV.-No pretendas encontrar el mejor amigo, trata de serlo para todos.
XV.- Que tus manos sean fuertes y duras por el trabajo, más no por los aplausos que tributes a los poderosos.
XVI.-Prefiere la compañía de los cerdos y el aire de las alcantarillas, que la compañía de los déspotas explotadores y su atmósfera de perfumes.
XVII.-Sí mandas: no humilles. Si obedeces: no defraudes. Si mandas: piensa. Si obedeces: piensa también.
XVIII.-Si tu obligación como animal es vegetar; como hombre es pensar, trabajar, amar... Que no sea sólo tu corpulencia lo que te satisfaga, pues hay muchas bestias superiores a ti.
XIX.- Si deseas hacer ostentación de algo, que sea de tu limpieza y de tu buen humor.
XX.- Respeta las sinceras opiniones ajenas aunque difieran de las tuyas; pero tu propia convición no la desprecies ni la escondas.
XXI.- Evita que tus buenas obras repugnen; hazlas sin jactancia.
XXII.- Aun cuando nadie te vea, pórtate como hombre, no esperando recibir el reconocimiento de ninguno para conducirle con dignidad.
XXIII.- Mejora tus conocimientos con el entusiasta esfuerzo perseverante y aplícalos en beneficio de quienes los han menester.
XXIV.- Trata de ser fuerte en lo favorable o en lo adverso, mas tu fuerza oriéntala en favor de la justicia.
XXV.- No sólo te afanes en encontrar a los que necesitas, procura descubrir a los que de ti puedan ser favorecidos.
XXVI.- Considérate muy lejos del ideal que se persigue si la miseria o el hombre de tu prójimo no te hieren.
XXVII.-Si te entusiasma morir como héroe, considera que la Patria, más que muertes necesita vidas victoriosas.
XXVIII -Lucha siempre por la igualdad; pero no por aquella sumergido en el cieno y con afrentas, sino a la altura de las mejores expresiones humanos: La justicia, el honor, el trabajo, la cultura y las formas de superación moral y estética.
XXIX.- Si tu valer es auténtico, no lo será más si lo pregonas.
XXX.- El estímulo de tus obras no lo busques en las recompensas de oropel, sino en la adquisición intima de un mejor rango moral o intelectivo.
XXXI.- Nunca te avergüence haber creído en la dignidad de alguien desprovisto de ella, pues el perverso y el irredento absolutos sólo existen en patología.
XXXII.- Que tu vida que no pase como yerba parásita que nunca da frutos y vive de los demás.
XXXIII.- Evita hacer el ridículo considerándote indispensable, pero no te menosprecies considerándote inútil.
XXXIV.-Reunir por afinidades negativas a los descontentadizos, a los murmuradores, a los canallas, a los cobardes, es fácil y no te envanezcas con poder lograrlo, ya que cualquiera lo puede; empero, que te colme la satisfacción de conservar la unión, la armonía y la paz por afinidades positivas, aun de aquéllos que llenen características muy diferentes. Esto es singular y tiene mérito.
XXXV.- Sé alegre sin bajeza, cortés sin amaneramiento ni servilismo; culto sin pedantería; valiente sin temeridad; sencillo sin estulticia y fuerte sin fanfarronería.
XXXVI.-Ten fe en tus propósitos y persevera en ellos con la confianza de hacerlos realidad, cualquier buen éxito súmalo al estímulo de tus esfuerzos, Cualquier fracaso anótalo en el catálogo se tus experiencias; mas nunca abandones tu tarea ni la empobrezcas con tu desaliento.
XXXVII.-Si tus ancestros te legaron tradición de gloria y honra, deber tuyo es corresponder en demasía a que ni una ni otra se acabe y se manche; empero si te legaron miseria y ruina, deber tuyo es realizar lo que ellos no pudieron, más la parte que a ti te corresponde.
XXXVII.-Trata de ajustar tus buenas intenciones con la realidad de tu vida; sigue el ejemplo de los que actúan bien antes de deleitarte con las arengas de los teorizantes.
XXXIX.- Prodígate con generosidad hacia las cosas dignas que motiven saludable alegría, pero sé avaro cofre cerrado a las murmuraciones y los prejuicios.
XL.- Nada de lo que existe es despreciable; el macrocosmos tiene como principio las ínfimas partículas de energía. En todo hay coordinación, poder y belleza. La bacteria más pequeña resume abismos de misterio que dejan suspenso el pensamiento vinculado con la técnica y desencadenando la fantasía. Para admirar el manto celeste es impropio hundirse en las profundidades de un pozo y mejorse procuran las alturas, así para descubrir el valer de un semejante no sólo has de calificarle por lo que de penumbras tiene, pues él es más que la bacteria y también lo alumbra el sol y la tierra lo alimenta.
XLI.- Vislumbra mejor la finalidad de tu existencia, de la misma manero que el artista trata de plasmar las sinfonías que surgen de los bosques o las que del desierto se levantan o emergen de las gargantas abismales batidas por los torrentes; los voces de las tempestades; el allegro de la brisa; el contrapunto de los oleajes; las arias de las aguas serenas; los himnos petrificados de los peñascales que se lanzan hacia el cielo; y cuando como él, esto logres percibir comprenderás que tu vida no carece de sentido.
XLII.- Trata que tus pensamientos sean como el aire de las montañas; amplios, puros y benévolos para todos.
Cumplir, vivir, morir
como hombre que ama y que piensa,
y por mi patria,
mi fuerza y mi honor
saludara mi bandera con amor,
asi, asi.
Viendo en un cielo
mas que azul
como el águila voló
y cinco estrellas remontó
que brillan como el trigo bajo el sol.
Cumplir, vivir, morir
la siembra frutos dió
en mi México,
com México,
para México pentathlón...
Tendré amor acrisolado a mi Patria respetándola y engrandeciéndola con todos los actos de mi vida.
Sabré honrar al Pentathlón con el valor del buen ejemplo y la sabiduría de la constancia.
Seré fiel a mi bandera, emblema del suelo mexicano, no tolerando jamás su menosprecio, ofrendando mi vida en garantía.
No murmuraré jamás, ni permitiré que alguien lo haga en detrimento de mi grupo.
Haré que mi valer como hombre que trabaja, que ama y
que piensa, sea una contribución a la grandeza de mi pueblo.